jueves, 31 de marzo de 2011

Odio el kolor azul.

Me gustaría pedir su mano. -Mi mano? A menos que venga con un diamante del tamaño de una nuez, jamás sera suya.
El joven abre un estuche tan verde como sus ojos. -¿Estos son diamantes?- Pregunto Confuso.
Los ojos de la estirada se abrieron al punto de que casi salen de órbita.
-Si si, esos mismos.- Contesto apurada.
-¿Y cuantos de estos vales?- Interrogo el adolescente aun sin entender.
-No se, para ti ¿cuantos valgo?- Comento enrulando uno de sus largos bucles dorados.
-No vales ni uno.- Saco los diamantes del estuche, lo cerro y lo coloco entre las manos de la impertinente.
La joven mira la caja entre sus manos y la abre. -Pero esta vaciá, no tiene ni uno!- Replico frunciendo el ceño.
-Esta vaciá igual ke tu..- Contesto mientras pegaba la vuelta para marcharce. -Puede quedarte con el estuche, odio el color azul.-
















Aye Zombina.

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